Además, se incorporarán especies vegetales que necesitan poca agua para su subsistencia, conscientes que el agua es uno de los recursos que es más necesario cuidar en la actualidad y en el futuro, en diseño presentado por las arquitectas Juana Zunino y Paz Carreño.
Conjuntamente, el diseño propone proteger todas las áreas de vegetación valiosa existente en las quebradas e integrar en las áreas intervenidas una gran cantidad de biodiversidad, representada en su mayoría por flora nativa local, adaptada al clima y suelos del lugar.
Especies como quillayes, molles, algarrobos, boldos y palmas chilenas son algunas de las que poblarán el paisajismo. Así, se busca la conservación en el largo plazo, evitando la introducción de especies invasoras en el área, situación que se observa en gran parte de las zonas con intervención humana.